Masturbación

Queridísimo acólito, ¿cómo estás, has descansado? ¿Ha sido un verano agradable? ¿Socializaste (y "diste") mucho? Quiero que me cuentes tus aventuras veraniegas. ¿Me las contarás? Eso espero, pero ya estamos otra vez aquí, de vuelta a la rutina diaria... qué triste... ¡¡¡SIGH!!!

¡Pero volvamos a sonreír con un tema que conocemos bien y que tal vez podríamos explorar de forma agradable e incluso constructiva!

Mientras tanto, ¡NO ES CIERTO QUE SEA CIEGO! ¡Deshagámonos de esta herencia acultural/religiosa que ha proporcionado a nuestros antepasados (¡e incluso a los sesentones actuales y posteriores!) dosis oceánicas de ansiedad gratuita a lo largo de los tiempos! Todo lo contrario. Una sana "destreza manual" preservada del riesgo de encuentros con infectados de sífilis y demás. La sífilis, ESO llevaba a la ceguera, si se dejaba sin tratar o mal tratada, ¡no digamos historias! En resumen, si los confesores hubieran tenido una visión cuerda y sensata de las cosas, sólo habrían podido aprobar el pensamiento "me masturbo y evito a la joven bien vestida y perfumada (espero que no demasiado, porque demasiado perfume servía para tapar el olor a suciedad) que por unas monedas me satisface... mal y deprisa", rara vez el ciudadano medio tenía un lugar cómodo para follar, la mayoría de las marchettas tenían lugar de pie, apoyado en las paredes de callejones oscuros, sucios y malolientes- y a cambio me deja el bacilo de algo, que para cuando entiendo lo que es, ya ha pasado la hora "Hasta principios del siglo XX no existía el estado del bienestar de ahora, los médicos y la atención médica COSTABAN "ser serios"... ¡Eran tiempos felices, qué va!

Pero vengamos a la actualidad (¡¡¡GRACIAS A DIOS nos hemos escapado!!!)

¿Cómo te masturbas, cuánto, cuándo, cómo, dónde, por qué, con qué frecuencia? 

Perdona esta impertinencia impúdica, ¡pero la curiosidad se me hace casi inapropiada!

¿O tal vez prefieras saber cómo lo practico, conmigo y con él? 

En mi caso concreto, al ser clitoriana, ¡no aprecio mucho la penetración con los dedos! Por cierto, ¡lo único que quiero dentro de mí es un pene! Pequeño, grande, largo, corto, ancho o estrecho, joven, viejo, no importa, siempre que sean pollas de verdad que quieran divertirse y comportarse correctamente dentro de mí. Nada de consoladores, vibradores, etc., nada de cosas de plástico, Dios me libre de esas cosas ahí, ¡sólo las tendré en cuenta cuando sea demasiado vieja y fea para que alguien siga sintiéndose atraído por mí! ¡Y en ese momento (¡¡creo/espero!!) mis hormonas y ansias también se habrán retirado, así que al final el problema no existe! 

Nunca he podido explicar la sensación de soledad intolerable, casi de derrota, que me producen los vibradores (¡y las muñecas hinchables para hombres!). Creo que tendré que hablarlo con mi psicoterapeuta. 

En realidad, también me gustan todos los contornos, el cuerpo entero, el calor, el olor y el sabor, el pecho, los brazos, la pelvis que me aplasta, las piernas que se entrelazan... Esto que se mueve (bueno, por el amor de Dios) mientras haya pilas, ¡GRACIAS!   

Así que, de puro clitoriana, a falta de ducha (¡luego te lo explico!), ¡simplemente prefiero masajearme el clítoris! Sí, ¡el mismo que veis en vuestra foto de perfil de whatsapp! Masajeándolo con el chorro de la ducha, o con los dedos, quizás aderezado con unas gotas tibias de aceite perfumado, que casi puede dar el efecto de una lengua, maravillosa, generosa, sabia y paciente.... 

Uy, perdona... Un poco de 'defaillance'... Volveré dentro de un rato y te prometo que si me llamas, te lo contaré todo con detalle...

¡He vuelto! ¿Decías? Pues sí, sólo me masajeo el clítoris, nada más... 

¿Qué me lleva a masturbarme, cuándo, dónde, con qué frecuencia?

Mientras tanto, creo que la frecuencia es mayor en invierno, prácticamente todos los días, contra el frío, para calentarme y relajar todo el cuerpo desafiando la temperatura rígida que me pone rígida a mí también, sobre todo bajo las mantas aún frías, justo antes de dormirme, el orgasmo me ayuda a dormir. 

En verano menos, quizás porque el calor me abate un poco y el esfuerzo del orgasmo me cansa aún más. De hecho, la frecuencia se reduce a dos o tres veces por semana, y sólo me masturbo a última hora de la tarde o a primera hora de la mañana, ¡cuando el calor todavía no aprieta demasiado! 

¿Dónde? En la cama, en el sofá, en una hamaca... En fin, cuando estoy tumbado, cómodo, pero tumbado a priori, no me tumbo a propósito, (¡excepto ahora mismo, las famosas últimas palabras! ) estoy en la cama o en la hamaca de la casa de campo para echar una cabezadita después de comer, o por la tarde antes de dormirme, pienso en el día transcurrido, en las cosas hechas y resueltas, en las que quedan por terminar y en las que han surgido, en los compromisos del día siguiente, luego viene la llamada de teléfono con el cliente que tiene la voz adecuada, que me excita, y los pensamientos empiezan a divagar y empiezo a tocarme y a disfrutar con él....

¿Qué fantasías? La lectura por ejemplo me excita mucho, algunas novelas románticas con caries extrañamente, en mí, tienen efectos decididamente portentosos... ¡Y luego la polla adecuada! Ya sea yendo al grano (¡incluso me masturbo mientras follo!) o el recuerdo de follar, alguna buena película, una "orquídea salvaje" (¡sólo la primera!), un "pecado original", Terminator, ¡definitivamente no los ovejunos años 70 con Alavaro, Renzo, Goofy y Edwige, Gloria y Nadia!

Pero también podría ser el recuerdo de una velada en un privé tiempo atrás en la que me divertí con algunos solteros o parejas, donde, sin embargo, mi imaginación también me llevó a conocer al vecino y al encargado del supermercado donde suelo hacer la compra, que me siguieron desde casa para hacer la fiesta, ¡allí, lejos de miradas indiscretas! O la vez que hice autostop y conocí al chico del que casi me enamoro, que me llevó a un pinar que no sabía que existía y ¡¡¡no paraba de besarme!!! O la fiesta que me pegué en el chalet con todas esas parejas y singles....

Mi mucha experiencia, imaginación y el contenido que adquiero a través del cine y la lectura me dan un cúmulo de emociones que al final siempre me quedo sin aliento ¡incluso cuando me follo al indicado!

Una cosa que me vuelve loca entonces es masturbarme delante de un hombre que se masturba y de vez en cuando me la mete para darme solo unas caricias y luego volver a masturbarse, y besarse lascivamente....

Oh, Dios, otra vez... Caliéntame, vuelvo en un rato (otra vez)....

Ya estoy otra vez... ¿Quería decir?

¿Cuándo fue la primera vez que me masturbé? 

En realidad, ¡hubo dos primeras veces! Una fue en la ducha. Me explico. Tengo dos maneras de masturbarme, ¡el chorro de la ducha y mis dedos!

Descubrí la ducha por accidente cuando tenía 15 años. Utilizo jabón para lavarme porque detesto los baños de espuma, por esa pátina, esa espuma que me lleva mucho tiempo enjuagar bien (y lo que es peor, ¡desperdicia tanta agua! ), incluso en la superficie de la piel "plana", brazos, espalda, hombros, piernas, y no digamos entre los muslos con todos esos pliegues, este baño de burbujas no se me iba nunca, así que cogí la costumbre de tumbarme en la bañera y pasar el chorro entre los muslos para aclarar también la zona íntima. Siguió y siguió y acabó por parecerme tan placentera la sensación que empecé a pasar el chorro de forma correcta hasta el punto de disfrutar y casi desmayarme... Juro que inmediatamente después del orgasmo por un momento lo vi todo negro y sólo poco a poco volví en mí y en ese momento miré incrédula el chorro casi con temor reverencial, cerré el agua y ya está... Es decir, las duchas se intensificaron inexplicablemente de una vez cada 2/3 días a todos los días, ¡incluso cuando sustituí el baño de burbujas por jabón! Incluso ahora, si me mudo de casa, lo primero que compruebo es que haya bañera y, si es necesario, cambio la ducha... 

La segunda primera vez tenía 23 años, estaba en la playa con unos amigos, una situación de comuna promiscua como los flower children, al estilo 'volemose bbbene', donde había conocido a un amigo de amigos, Marco, 37 años, instructor de tantra y reiki, con quien, por toda una serie de vicisitudes me había encontrado compartiendo habitación y cama (una cama de matrimonio). Después de comer, nos fuimos a echar la siesta, pero sin nada que presagiara quién sabe qué, me pareció simpático y me reí y bromeé con él de buena gana, nada más, no sentí ningún tipo de atracción, estábamos tumbados en la cama, corría una brisa tan fresca, que llevaba el olor del mar junto con no sé qué otro olor a flores y hierba, continuamos hablando, no sé cómo, empezamos a besarnos y él empezó a masturbarme el clítoris sin penetrarme, y no sé, probablemente también gracias a sus habilidades profesionales, debieron desbloquear algo en esas partes, para que al final (en realidad a los pocos minutos) consiguiera que me corriera, ¡yo, que hasta entonces nunca lo había conseguido, salvo con el chorro de la ducha! ¡¡¡Me abrió un mundo!!! A partir de ese momento ya no paré, también porque mientras tanto me había mudado de casa y en la nueva sólo había la ducha con el rociador fijo colgado en la pared, ¡¡¡una tragedia!!!. Pero no importa, ¡para entonces ya había aprendido a usar los dedos!

Por otro lado, Marco, en los días siguientes, me enseñó ciertos trucos para masturbar a un hombre, que ya ahí, me abrieron otros mundos.... 

No te diré cómo y por cuánto tiempo se lo agradecí, ¡¡¡incluso después de las vacaciones!!!   

Al final creo que gracias a Marco esas fueron unas de las mejores vacaciones que he tenido... ¡Años después, somos amigos y seguimos hablando ahora! 

¿Qué más decir? Ah, sí, ¿cómo me gusta masturbar a los hombres? Bueno, como soy un cabrón, te lo explicaré con detalle en la llamada que me vas a hacer, lo que me enseñó Marco y que yo también prodigaré en directo en su momento, ¡¡¡estoy convencido de que tú también lo agradecerás!!!

¡¡¡Feliz rodaje!!!

M.Masha, +393496521447.