La mamada

Empecemos por el hecho de que me ENCANTA la polla, por principio. Sobre todo si es "nueva", me ENCANTA mirarla, olerla, probarla en mis manos y en mi boca para sentir su textura, su sabor y su tamaño para no olvidarme de "él" y de su "dueño" con el paso del tiempo... 

Y, ni que decir tiene, también me gusta besarlo.

La mamada, la felación, la bomba, la mamada... Tantas definiciones para una práctica que me ENCANTA...

Mi primera mamada la hice a los 15 años, en el sótano después de la catequesis, con un novio que me lo había pedido después de haber hecho tanto 'trabajo' entre mis piernas... Me pareció una grosería decirle que no... Me gustaba mucho ese chico... Hasta entonces me había limitado a besarle en la boca, el cuello, las orejas, el pecho y a provocarle con pequeños mordiscos y masturbarle, pero nunca le había besado. Aquella vez empujamos un poco, y él bajó y me besó, lamió y acarició, durante un tiempo que me pareció interminable y ¡tan corto al mismo tiempo! Y entonces, tímidamente, me preguntó en un susurro si podía corresponderle, no supe qué responder, estaba destrozada, me gustaba tanto, pero nunca lo había hecho y no sabía qué hacer, ¿y si le hacía daño? ¿Y si pensaba que yo no era buena? Así que, tras unos minutos de silencio y besos, intercambiamos los sitios, él se sentó en la silla donde yo estaba sentada y poco a poco fui acercando mi cara a su entrepierna, oliendo el aroma, sí el aroma de esa zona, tras abrazarlo y masajearlo acerqué mis labios y empecé a besarlo solo con mis labios, sin lengua, me di cuenta de esa gotita transparente que con el tiempo aprendería a apreciar, y entonces abrí los labios y empecé a saborearla, junto con el perfume, y los toques de mi lengua se hicieron cada vez más atrevidos, se demoraba, recorría aquel glande, estudiaba su forma, sus arrugas, su filete.... Debimos de seguir media hora, luego le masturbé, mientras él me besaba con una avidez increíble, y después de correrse nos abrazamos y permanecimos en silencio...

¡Aquí está mi primera mamada! ¡Espero que os haya gustado! Con el tiempo continué y perfeccioné la técnica, con el tipo antes mencionado y luego, ay, cuando se acabó, también con otros, ¡muchos otros! No todos sabían ni olían bien, algunos ni siquiera un vago olor a jabón, y en esos casos era realmente desagradable seguir 'relacionándose'...

¡En algunos casos incluso encontré a alguien que me enseñó y me ayudó a mejorar mi técnica, una vez hasta un cagón del nivel de Verdone cuando se ocupaba de sacarse un diente astillado de encima (¡confieso que a la quinta observación lo dejé, a este imbécil que hasta tenía una pequeña, inversamente proporcional a su ego!) y ahora debo decir que mis mamadas también son muy solicitadas y correspondidas con entusiasmo!

¿Qué siento cuando hago una mamada? En primer lugar, me gusta ver la cara del hombre contraerse y/o relajarse, dependiendo de cómo mueva mi boca, esa sensación de poder que ejerzo sobre él en ese momento, y luego sentir cómo crece y se endurece, cómo se tensa cuando está a punto de correrse, y la explosión... la explosión también es un momento precioso para mí porque me hace sentir bien <<¡Brava, has hecho que se corra!>> ¡Eso es lo que pienso! Igual que lo pienso cuando hago que te corras por teléfono, ¡está claro! Eso es lo que me satisface, ¡hacer que te corras! Y otra cosa que me gusta y que me deja un poco así si se me niega, es que me bese el hombre al que he hecho correrse con mi boca, intercambiar también su esperma, ¿por qué no? El hombre, en cambio, que siente asco de besar a la mujer que le hizo correrse, me entristece, también porque ese esperma es suyo, es una parte de él y sentir asco por una parte natural de uno mismo nunca es bueno, es una falta de autoaceptación, ¡en mi humilde opinión! Así que, consejo de mujer, BESA A LA MUJER QUE TE BORRACHO, la harás feliz, se sentirá apreciada y aceptada, será un motivo más de complicidad. Y no te preocupes, no sabe fatal, al contrario, y si realmente te gusta ese sabor, no significa que seas gay o que estés a punto de serlo. Eres gay por razones muy distintas, ¡no porque muestres una aceptación total de ti y de ella! Del mismo modo que te gusta lamerla después de correrte dentro de ella, pero de eso hablaremos más adelante ....

Pero ten cuidado. Me encanta hacer mamadas, pero me gusta aún más la reciprocidad. Ni que decir tiene que odio hacer una mamada a alguien a quien no le gusta la "reciprocidad". 

En resumen, las mujeres también tenemos derecho a que nos besen, con todo el tiempo, el dinero y la atención que dedicamos a la zona X. Luego con la moda actual del look ingle desnuda, ¡no te haces una idea de lo que duele la depilación! Y lo que cuesta la definitiva, que por cierto es mucho más indolora, pero es un coñazo ir a la esteticista, y dejarse todo ese dinero... Y ya que nos ponemos guapas también para vosotros, estaría bien corresponder con un buen cunnilingus practicado con tanto entusiasmo.... 

Por eso decía, que si intuyo que no voy a recibir una buena lamida, no tengo ningún problema en decir <<¡No, gracias, paso!>> ¡Si no hay lamida, no hay mamada! Me parece realmente irritante, una muestra de egoísmo que no descarto. ¡No hablemos si ni siquiera me dan un beso en la boca! Como nunca he pedido dinero por sexo, sino que siempre lo he hecho con el deseo de dar placer sinceramente y sin segundas intenciones (en definitiva, ¡no soy una puta!) ¡QUIERO QUE ME BESEN EN LA BOCA! Si no, ¡voy a dejar todo el kit y el caboodle ahora mismo y cancelaré y bloquearé al patán de turno!

Este tipo de reacción y deseo es bastante común y extendido entre nosotras las mujeres, ¡y te aconsejo que lo tengas en cuenta si quieres que una mujer te dé otra cita (léase "polvo")!

Resumiendo: sé generoso a la hora de lamer, y no tengas miedo de tu esperma y de compartirlo, labios con labios, con alguien que se ha esforzado tanto por sacártelo... ¡Te garantizo que si eres generoso lamiéndola, ella será generosa chupándote y haciendo que te corras! Pruébalo para creerlo. Estaría muy bien que lo probaras y luego me contaras como te fue....    

Espero tener noticias tuyas...

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¡Hasta la próxima!