
Juegos preliminares
Los preliminares, las caricias, SIEMPRE me han ENCANTADO, desde que comencé con los primeros y tímidos acercamientos sexuales en mi adolescencia. Ni que decir tiene que, con el tiempo, han sido cada vez menos tímidos, cada vez más decididos, cada vez más impulsivos y seguros, siempre en la búsqueda casi obsesiva de hacer que el tipo de turno se corriera lo más posible, ¡esperando descubrir la sensación de tenerla dentro! El petting era la única alternativa, casi desesperada, al coito completo, que para mí llegaría sólo tres años después del comienzo de mi vida sexual... Mi "primera vez" fue cuando tenía casi 17 años (¡habría cumplido cuatro días después!) si quieres, ¡te cuento los detalles en privado!
Cuando aún era virgen, me gustaba masturbarme y lamerme el pene y las zonas circundantes, durante cuartos de hora enteros. Sabiendo que no íbamos a follar, practicábamos las caricias con mucho más énfasis y entusiasmo, ¡mucho más que ahora!
Una vez que empecé a follar, descuidé un poco las caricias, porque, aparte del gusto por la novedad, y el gusto por la nueva sensación de tenerla dentro, (¡que cambiaba cada vez que cambiaba de novio, y de polla, claro!), ¡me hacían ir "directa al grano", ya me entiendes!
Y a día de hoy, los prefiero después... ¿Tú?
¿Por qué después? Porque en cuanto siento su lengua acariciándome el cuello y las orejas, bajo a chuparlo rápidamente y con mucha saliva para endurecerlo y humedecerlo para que no me haga mucho daño cuando entre, para cogerlo INMEDIATAMENTE... Cuando ya he follado y me he corrido, puede que incluso más de una vez, entonces, DULCE, ¡me dedico a los preliminares! Al fin y al cabo, ya lo dice la propia palabra.
Cuando me siento especialmente inspirado, empiezo por la nuca, me gusta soplarla y mordisquearla (despacio, por supuesto, no quiero dejar marcas, ni romper trozos), porque me gusta ver la piel de gallina en los brazos de la persona que tengo debajo, oír sus gemidos cuando contrae y estira los dedos sobre las sábanas, y luego pasar al cuello, siempre alternando respiraciones ligeras con suspiros y mordiscos (siempre suaves), en los hombros, los omóplatos, a lo largo de la columna vertebral hasta el coxis, y luego morder las nalgas con firmeza, y lamerlas, y luego empujar entre los muslos y lamer todo lo que encuentre hasta el ombligo, y volver a subir hasta la garganta, a lo largo del pecho y olisquear y hacer cosquillas en las axilas... Y todo porque me gusta cargarlo para la próxima vez (¡bang)! Por eso no me gustan los rapiditos.
O, si no tengo ganas de sentirme tomada al instante, me gusta darme un buen masaje con aceite perfumado, pero utilizando todo el cuerpo, ¡no sólo las manos! Utilizo mucho mis pechos, sobre todo en su espalda hasta las nalgas....
Sí, para mí los juegos preliminares también se concentran alegremente en la espalda, pero no te preocupes, a menos que me lo pidas expresamente, ¡no hago trucos raros, como irrumpir por sorpresa en zonas fronterizas intransitables! A menos que me lo pidan expresamente (¡preferiblemente acompañado de una declaración firmada y sellada!), no me permito el masaje prostático, aunque quienes lo han probado DE LOS QUE SABEN HACERLO BIEN, lo han apreciado mucho.
Pero repito, a menos que me lo pidan, ¡no permito la penetración anal! Eso sí, me gusta ponerlo de perrito para que bese el orificio, y en eso no transijo... De perrito, el ano y el perineo se alcanzan y se lamen mejor, ¡y luego llegar al escroto es facilísimo! ¡Los que me conocen saben que jamás me permitiría un gesto tan indeseable! Y una vez bajo entre sus muslos, a menudo me clava en la cama y corresponde a mis "cortesías" con un entusiasmo salvaje, casi con rabia, ¡como si quisiera castigarme!
¡¡¡¡Y luego el 69!!!! ¡Ese intento hacerlo tuuuuut tan a menudo como puedo! Si no hago un 69 ni siquiera tengo la sensación de haber follado. En resumen, en mi opinión, ¡¡¡el 69 es lo mínimo!!! Ce n'est pas?
Debo decir que desde que empecé a follar, ¡he descuidado un poco la masturbación del pene! De hecho debería reencontrar un poco mi mano (¡literalmente!), de hecho debería empezar a dejar más espacio para las caricias, ¡también porque prolonga la duración y mejora la calidad del coito! Quiero decir, sólo el coito puede durar tal vez incluso media hora (¡tal vez!), pero si añades gestos y atenciones, pequeños "experimentos", el tiempo y las emociones pueden dilatarse, y añadir QUERER al QUER de ambos...
Y tú, ¿qué opinas?
¡Llámame, encuéntrame en el +393496521447!
M. Masha
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