Cunnilingus

En palabras de un hombre que hizo decapitar a un rey:

¡En el nombre de Dios, LECCIONALOS!

(¡No dijo exactamente eso, pero ese fue el tono! Y por cierto, como casi siempre ocurre, él también sería decapitado más tarde, ¡estoy hablando de Oliver Cromwell! Vayan a buscarlo en wikipedia, que no hace daño).

Últimamente, cada vez encuentro más hombres que se acercan a ella sin ganas, como si fuera un paseo por las fosas caudinas... ¡Con lo que nos cuesta depilarnos para presentártela en su mejor momento, sin vello, para que sea más visible y apetecible y lamible!

Y en cambio a ti sólo un poco, sólo para darnos un capricho, lo justo para decirnos <<ya está, lo he lamido, no me molestes más>>.

Personalmente, me molesta mucho que, después de haberme esforzado tanto, quizá durante cuartos de hora enteros (¡por Dios, me gusta chupar, pero también que me correspondan!), dos bofetadas y andale... ¡Ay no!

Por no hablar de los que exigen que les lamas, te dan instrucciones, más fuerte, más rápido, más así, menos asá, con cuidado con una muela astillada, y a la hora de corresponder, ¡ni se acercan y a lo mejor hasta tienen el morro de quejarse de que no está mojado y no les gusta el olor!

Pues eso, yo fotografiaría a esos tíos y pondría el cartel, de frente y de perfil, en las redes sociales para denunciarlo como NO LICITADOR GRAVE, ADVERTENCIA: ¡NO SE LA DÉ, NO SE LA MERECE POR NO LAMERLA! 

Estos me cabrean más que los estafadores* -¡lo cual dice mucho!- (*ver artículo del 24.7.18), tengo la sensación de ser menospreciado, de no ser digno, de no merecer la importancia adecuada, un ataque a mi autoestima.... 

Me ha pasado varias veces y mi reacción siempre ha sido la misma: ¡recoger e irme, (o echarle, según donde estuviéramos) aconsejándole que borre mi número! 

También me gusta lamerla, (en realidad, pensándolo más, hace tiempo que no practico, necesito encontrar materia prima, ¡ahora lo pondré en la agenda!), también me gusta mirarla, ¡tan suave, tan tierna y tan portentosa en sus sensaciones, con su sensibilidad, dejando de lado el hecho (insignificante) de que todos venimos de ahí! 

Cuando la conozco por primera vez, me gusta acercarme a ella despacio y con delicadeza, acercarme despacio a su cara para estudiarla, para mirarla bien y olerla mejor, para entender hacia dónde dirigir la punta de mi lengua para separar los labios grandes de los pequeños, para localizar bien la punta de su clítoris y que mi boca pueda iniciar la "relación" con ella de la mejor manera posible... No me gusta lanzarme, como un perro que lleva 6 horas sin ver el cuenco (para los perros, cada cuenco que les sirven es como si fuera el primero y el último de su vida, ¿no? ). Mis acercamientos (¡al menos el primero!) con un nuevo minino son de puntillas.

Cuando la he estudiado y olfateado (¡incluso suspirando sobre ella, quiero transmitir el calor de mi aliento sobre esas terminaciones!) adecuadamente, entonces empiezo a saborearla con ligeros toques de la punta de mi lengua, que serán suaves y delicados y también muy salados, y cuando veo que empieza a abrirse como una flor por la mañana, aumento el acercamiento de mi lengua y acompaño la apertura de esos pétalos hasta llegar a la abertura. Entonces aumento la intensidad de los lametones, empezando desde abajo, desde la abertura hasta el clítoris. Y luego, en la segunda fase, tomando suavemente el clítoris entre mis dientes (¡PIANOPIANO, RECOMIENDO! ) comienzo una excitación de la punta de mi lengua sobre la punta del clítoris, y generalmente esto la complace mucho, hasta el punto de hacerla llegar al orgasmo, y cuando consigues hacerla llegar al orgasmo, es cuando tienes que aumentar la intensidad, y sí, en ese momento y sólo en ese momento, puedes lanzarte sobre ella como si fuera el último coño que vas a ver en tu vida, lamiendo golosamente y penetrándola con tu lengua como un perro hambriento.... 

Si luego quieres mandarla al empíreo, mientras la lames, usa también tus manos, así (¡este punto es crucial!): introduce DELICADAMENTE dos dedos, medio e índice, en su vagina (limpia con jabón, ¡RECOMIENDO!), despacio, para que ella sienta el delicado ensañamiento por cada milímetro que la viola, y cuando estés en el fondo, dóblalos enganchados hacia arriba. Mientras tanto, la otra mano descansa sobre el monte de Venus, (¡el pubis!) presionando la palma DELICADAMENTE para que la estimulación del punto G sea óptima. Porque exactamente debajo de la palma están los dedos doblados antes mencionados y sigues lamiéndola hasta que pida el divorcio a su marido, ¡si es lo que buscas!   

Esta cosita, entre otras, me la enseñó mi amigo Marco, el del tantra, al que conocí en vacaciones, y me encantó MUCHO, ¡me hizo saltar tanto que nos arriesgamos a volver antes de tiempo! En ese viaje follamos más que algunos amigos que estaban en pareja, y sí, me había prometido a mí misma que no haría ninguna locura, que sería una buena chica... ¡Y con el tiempo, por desgracia, rara vez encontré la competencia necesaria y las ganas de comprometerme hasta el punto de provocarme estos cataclismos interiores! ¡Por suerte, Marco y yo seguimos viéndonos mucho después de que terminaran aquellas vacaciones!

Con esta sugerencia decirte que si tienes esta paciencia, estoy seguro de que la chica de turno sabrá corresponderte con las dos manos, sin hacerte de rogar, y quizás te cueste despegarte de ella... Y quizás también te presente a algunas de sus amigas que también estén necesitadas de atención, quizás al mismo tiempo, y se aseguren de que sois dos tigres hambrientos y dispuestos a todo para volverte loco... Quizás he exagerado, pero estoy seguro de que si la habrás hecho disfrutar tanto, con calma y paciencia, siempre habrá una próxima cita y quizás ella quiera saltarse el restaurante... ¡Inténtalo, no estará de más intentarlo!

Y si eres ligeramente bisexual, no tendrás ningún problema en burlarte y lamer su clítoris mientras una polla se la folla... Por supuesto, probablemente entraréis en contacto con las partes íntimas de la otra, algunos pelos, testículos, pero unos toques accidentales no te convertirán en una marica histérica sin remedio... Y luego nada ni nadie os prohíbe alternar la postura....

Ah sí, casi se me olvida, ¿cuáles son las mejores posturas para lamer un coño 'ocupado'? Esencialmente hay dos, la primera: tú te tumbas boca abajo en la cama, cómodamente, ella se tumba encima de ti como en el 69, y la otra la tomas por detrás... De esta forma, el contacto con sus testículos sobre tu cabeza será inevitable, pero ella estará en perfecta trayectoria para chupártela con un entusiasmo que ni te imaginas....

¡O si no! Él, el otro, se tumba, pero sería mejor sentarse en una silla, ella se coloca frente a él y deja que la penetre, y tú estarás de rodillas frente a ellos, manteniéndola (a la otra) bien abierta con los dedos para que él (el otro) entre mejor y tú para chupar y ordeñar ese clítoris ¡como el gigoló más diligente! La ventaja de esta posición es que prácticamente no hay contacto con el otro, pero el hecho de que estés de rodillas frente a ellos puede recordarte a la sumisión sadomasoquista, ¡pero creo que para un ¼ de hora - 20 minutos no es el fin del mundo! Además, siempre puedes alternar la posición. 

Excepto que para una mujer, ser follada y lamida al mismo tiempo es lo más celestial y sucio que puede haber, aparte del pivote del Universo. Una mujer que es lamida y follada al mismo tiempo siente tanto y disfruta tres veces más, y entonces realmente podrá satisfacer hasta los antojos más inconfesables e inconfesables que tengáis, ¡después de que ambos hayáis trabajado tanto! ¡¡¡Aunque sólo sea por gratitud!!! 

Al menos, a mi, con Marco y el socorrista,

me pasó así, pero ya os contaré....

Así que, en conclusión, no tengáis miedo de lamernos y cuidarnos como os cuidamos a vosotros y a vuestro mejor amigo (oh sí, vuestro pene es vuestro mejor amigo, un medio que os hace disfrutar y mear, en mi opinión no tiene otra definición), seremos menos histéricos, más generosos y serviciales... ¡Palabra de mujer!

En fin, está decidido, a fuerza de escribir, he conseguido la NECESIDAD, y el próximo fin de semana voy a hacer una visita a algún club y ¡a buscar un clítoris que mimar! Por supuesto. 

Pero estaré encantada de contároslo, ¡llamad al +39349.6521447 y os lo confesaré todo!

Un abrazo y buena semana

M.Masha.